Hannah Foraker es una soldado de los Estados Unidos. Pasa la mayor parte de su tiempo en su ciudad natal de Cleveland, y todo su entrenamiento tiene lugar cerca. Uno de los cursos de formación de las niñas tuvo lugar en Cleveland.
Durante tres meses ella no estaba en casa, donde Hannah estaba esperando a sus padres y Buddy, un perro anciano que estaba muy apegado a su amante.
Mientras Hannah estaba fuera, Buddy se rindió. Su edad la hizo sufrir de artritis y el oído era muy pobre. Bajar y subir las escaleras para el animal había sido difícil antes, pero ahora dejó de salir de la casa, incluso para paseos cortos, solo mirando hacia el porche para respirar aire. Buddy mostró poca actividad o deseo de moverse.
Cuando Hannah regresó, Buddy salió a encontrarse con ella por primera vez y estaba muy feliz de tenerla de nuevo en casa. El perro se acostó a los pies de la niña, lavándole la cabeza de rodillas. En ese momento, el animal literalmente resplandecía de felicidad.
Según los padres de Hannah, el estado de ánimo de Buddy mejoró después de su regreso, como si hubiera olvidado su edad y sus problemas. Hanna admite que le duele incluso imaginar que llegará el día en que Buddy se haya ido.