MÁLAGA PARA APASIONADOS DE LA ARQUITECTURA CONTEMPORÁNEA

“Mira, allí, al sur, está Málaga” solía decirle Pablo Picasso a Javier Vilató, su sobrino, en los aledaños de su domicilio al sur de Francia. Seguramente no se imaginaba el genio que un siglo más tarde su ciudad natal no necesitaría presentación alguna. Tampoco que la vanguardia tomaría sus calles y casonas decimonónicas. Pero así fue y hoy la luz de Málaga refulge en el cubo de colores de Centre Pompidou, en la alfombra roja del Festival de Cine y, por supuesto, en el museo del autor del Guernica. Ciudad respetuosa con su pasado, pero siempre en movimiento, su vanguardismo cultural no solo espera en los pasillos, también en sus fachadas e intervenciones arquitectónicas.

LA JOYA DE LA CORONA

¡Quién diría hoy en día que donde descansa el Centre Pompidou Málaga pudo haber un aparcamiento! Ubicado junto al magnífico Palmeral, la estructura primigenia de este centro de arte nació con el desarrollo de esta parte del puerto hace una década; sin embargo, pasó a quedarse vacío y sin uso hasta que en el 2015 las obras lo llenaron de arte. En ambos sentidos, pues el centro parisino fijaría en Málaga su segunda residencia, delegando en los arquitectos Javier Pérez De La Fuente y Juan Antonio Marín Malavé la labor de crear un espacio a la altura.

Obviamente la llegada del Centre Pompidou Málaga al Muelle I sin duda marcó un antes y un después en la historia de la ciudad, así que no podía ser de otra forma que el hablar de arquitectura arranque con esta estructura semienterrada en el puerto que “al mismo tiempo abraza el exterior y se aísla del mundanal ruido”, tal como lo describieron los propios arquitectos del proyecto durante el festival Open House Málaga, longevo ya en ciudades como Madrid o Nueva York y celebrado por vez primera en la ciudad el pasado mes de diciembre. Merecedor de un análisis arquitectónico en sí mismo, este edificio “se une al exterior a través de guiños como el suelo de granito, que reproduce el de la calle, para después emerger una diagonal de casi ochenta metros donde se reflejan los colores de la obra de Daniel Buren”. Pero al igual que se abre, se cierra, “con un techo de acero que prepara para la experiencia y aísla del ruido del muelle”. Comienza así un viaje entre vacíos y descensos que “busca irse desvelando, despertar la curiosidad del visitante”. En un arduo trabajo en colaboración con el centro parisino, el resultado traspasa la arquitectura para convertirse en un templo anímico y sensorial donde la fragmentación conduce a diferentes lugares sin ser nunca conscientes de su verdadera magnitud.

EL RESURGIR DEL PUERTO

Y aunque la luz del cubo del Pompidou cautive las miradas, la travesía que lo acoge también merece un paseo, y unas palabras. Hablamos de la labor mastodóntica que ha hecho del Palmeral de las Sorpresas el nuevo place to be donde ver y dejarse ver. “Ha supuesto la recuperación del puerto para uso ciudadano; ha vuelto a ser una fachada mediterránea de la ciudad”, cuenta el arquitecto Francisco González Fernández durante un paseo orquestado con motivo de la celebración del ya mencionado festival Open House Málaga. “Junquera Arquitectos introduce esta singular pérgola que le da otra escala a la ciudad y relaciona de forma lineal la historia y el skyline de Málaga: el Castillo, la Alcazaba, la Aduana, la Catedral y la Equitativa”, añade.

Curvas sinuosas y pilares finos y esbeltos que recuerdan a la arquitectura griega – y para los más literarios también al esqueleto de una ballena-, conforman un paseo nacido con el objetivo de convertirse en el espacio público de referencia que la ciudad. Un salón de forma cuadrada que da al Mediterráneo, formalizados tres elementos básicos, un marco isotrópico de palmeras, una pérgola que discurre paralela al muelle, y una hoja de conexión con la ciudad hacen del Palmeral de las Sorpresas un recorrido peatonal que enlaza pasado y presente, casco histórico y mar, donde dependiendo de la hora del día el juego de luces y sombras será diferente. ¿Por qué sorpresas? Porque vale la pena perderse entre la vegetación plantada, donde bancos, especies de diferentes palmeras y juegos para niños esperan, ampliando de forma natural el jardín botánico de Málaga.

LA GRAN VÍA MADRILEÑA CON VISTAS AL MAR

Vecino suyo espera uno de los primeros testigos de la arquitectura contemporánea en Málaga: el Hotel Málaga Palacio, hoy miembro de Marriott. Corrían los años sesenta cuando se abrieron las puertas de esta obra de ingeniería del arquitecto Juan Jáuregui Briales que marcaría para siempre el esquinazo de la calle Cortina del Mueble y Molina Lario. Mirando al mar, el Movimiento Moderno llegaría a la ciudad portuaria con una imagen inconfundible de rápidas reminiscencias a la Gran Vía madrileña, concretamente al cine Capitol de Luis Martínez-Feduchi y Vicente Eded, gracias a su perfil escalonado en altura y su esquina cilíndrica. Un pionero que, quien desee fijarse en los detalles, encontrará que esta forma de redondear las esquinas constituye casi una constante en la arquitectura contemporánea de la ciudad.

EL ENGRANAJE PERFECTO

Hay que retroceder un poco más para descubrir la joya que Ramón Vázquez Molezún, una de las figuras de referencia de la Historia de la Arquitectura Moderna Española y ganador del Premio Nacional de Arquitectura (1954), entre otros galardones, regaló a la ciudad de Málaga a finales de los años cincuenta: el edificio de viviendas para los trabajadores del Banco Exterior de España (Alameda de Colón, 2). Ejemplo claro de cómo aunar pasado y presente, este edificio “engrana” la histórica Alameda, con sus edificios principalmente decimonónicos, y la Prolongación, gran contenedor de la modernidad arquitectónica en la ciudad, en un espacio urbano con gran carga espacial, visual y simbólica que “crece” en voladizo sobre el suelo invirtiendo las vertientes de tejado y basamento a través de un cuerpo en plano inclinado.

UN HOMENAJE A GAUDÍ

Quien pensase que solo Picasso había hecho mella en Málaga encontrará en el Edificio Gaudí (Av. de la Aurora, 28) una prueba irrefutable. Considerado el más llamativo de la renovación del antiguo barrio de El Perchel, este inmueble de viviendas no pasa desapercibido por sus curiosas formas. En la década de los sesenta el ensanche del centro histórico hacia el este comenzaría a hacerse realidad, dejando, entre otros, esta llamativa torre de viviendas cuyas curiosas formas se inspiran en las casas Batlló y Milà de la ciudad condal. Es más, el tratamiento de las piezas seriadas de sus terrazas le atribuye al edificio un aspecto pétreo también propio de La Pedrera, de la que también toma el uso de los respiraderos-guerreros.

EL ICONO CON MAYÚSCULAS

Aunque si hay que hablar de un icono del paisaje urbano de Málaga, que me perdone el Centre Pompidou, ese es La Equitativa (Plaza de la Marina). Ubicado sobre el solar que una vez albergó la casa palacio del Marqués de Larios en 1956 el arquitecto Manuel Cabanyés proyectaba la sede de seguros La Equitativa. Con 42 metros y 14 plantas, el modelo de rascacielos americano aterrizaba en la Alameda combinando referencias historicistas, regionalistas y exóticas, como la composición en forma de minarete, en un icono del Movimiento Moderno que hoy acoge dos hoteles (recién estrenados, por cierto).

EL ARTE DE LA RENOVACIÓN

La consagración al arte hacia la que se rinde Málaga pocas comparativas puede tener. Pero el reconvertir edificios históricos en museos también merece su reconocimiento. Bien lo sabe la atrevida fachada en acero y muros encalados que alberga el museo Jorge Rando (Cruz del Molinillo, 12), obra de José Antonio González Vargas, que ha transformado lo que fuese propiedad del convento de las Mercedarias en una edificación de planta diáfana que pretende ser un elemento de difusión de la poética expresionista. Y al igual que ésta preserva la antigua galería del noviciado, el patio y la medianera de la iglesia; la que fuese casa del escultor del Siglo de Oro Pedro de Mena, también permite viajar en el tiempo gracias a la intervención del arquitecto Francisco González Fernández. Bautizada como el Museo Revello de Toro (Afligidos, 5), esta joya patrimonial que durante mucho tiempo sufrió intervenciones de todo tipo hoy ejemplifica el poder de la renovación de la Historia a través de la recuperación de elementos originales como su zaguán, galerías, patio, crujías y escalera. Asimismo, no deje de sorprenderse con el savoir faire del mantenimiento de sus sistemas constructivos de muros, forjados de madera con estrechos revoltones, y techumbres de madera y teja morisca.

El Palacio de Buenavista (San Agustín, 8), situado en pleno centro histórico de la ciudad, no solo es un magnífico ejemplo de la arquitectura andaluza del siglo XVI, con elementos renacentistas y mudéjares, es también la sede escogida en 1997 para traer la obra de Picasso a Málaga. Más arte junto no se puede encontrar en toda la ciudad. Declarado Monumento Nacional en 1939, la rehabilitación y expansión del complejo museístico fue diseñada por Richard Gluckman de Gluckman Mayner Architects con Isabel Cámara y Rafael Martín Delgado de Cámara, de Martín Delgado Arquitectos; algo que les valdría el premio Institute Honor Awards for Architecture del American Institute of Architects. Una obra acertadamente sencilla y elegantemente insertada en el entorno y en los alrededores donde los patios, las calles y el arte charlan distendidamente. Y también la historia, pues como mostraron de forma privada los propios arquitectos durante la celebración de Open House Málaga, en su sótano esperan excepcionales restos fenicios y romanos, así como estancias del antiguo palacio renacentista.

ARQUITECTURA DECONSTRUIDA

Saltando a tiempos más actuales, en la zona de ensanche oeste de Málaga atrevidos elementos arquitectónicos propios de la arquitectura deconstruida sorprenden con un espectacular contenedor-multiusos de gran riqueza funcional que se desarrolla a partir de un patio central, propio de la arquitectura del lugar. Resuelto con las más avanzadas tecnologías, tanto en el orden estructural y constructivo, como en relación a las instalaciones, cuya domótica se resolvió en su día de forma muy arriesgada, el Palacio de Ferias y Congresos de Málaga (Av. de José Ortega y Gasset, 201) es magia pura. De Asenjo y asociados se encargó del proyecto.

También en las afueras el edificio de investigación de la Universidad de Málaga Laser 4 UMA LaserLab (Jiménez Fraud, 4), obra de Eboo Arquitectos, bien merece el paseo. En la Calle Jiménez Fraud aparece, sin esperárselo uno, un edificio con forma de U que emana belleza por su simplicidad. Volcándose hacia la vertiente oeste, mostrándose ante el ciudadano, una sola planta de cubierta en blanco y dos grandes aberturas en cristal paralelas recibe, cómodamente sentado, a la ciencia. Además, es fiel representante de la tendencia de utilizar materiales prefabricados.

SEVERIDAD TRANSPARENTE

También obra de uno de los artífices del Pompidou, Javier Pérez de la Fuente, con un juego de zócalos sorprende la sede de servicios municipales del ayuntamiento (Paseo Antonio Machado, 12). En una estructura volumétrica con dos prismas de diferente altura que miran de forma perpendicular al mar con particiones de vidrio, la forma manda, pero también la transparencia -como realidad y metáfora-, pues no dejamos de estar en un edificio de carácter público.

UNA BIBLIOTECA DE PREMIO

Otro ente público que merece unas palabras arquitectónicas es la biblioteca municipal Manuel Altolaguirre (Calatrava, 6), de CDG Arquitectos, que ganaron el primer premio del Colegio de Arquitectos de Málaga en la categoría de Jóvenes Arquitectos el pasado 2009 con este singular proyecto que abraza la naturaleza. Otorgando un oasis verde refugiado del ruido a un duro paisaje urbano que lo pedía a gritos, el espacio y el vecino se vuelven protagonista en esta joya de cemento, por un lado, y de cristal y vegetación, por otro.

TODO UN EXPERIMENTO

Construido en 1961, el edificio Vértice es una oda a la arquitectura blanca mediterránea, aunque sin encalar, y con la atrevida intención de inmiscuirse en debates de metodología arquitectónica desde 2011. Porque fue en este año cuando se hizo realidad una remodelación que entrelazó intenciones conceptuales y experimentales en un destartalado bloque de aires racionalistas en la calle Hilera. Obra de los arquitectos malagueños José Antonio Mota e Isidro Gallego, del estudio Gallego&Mota, la sede del Grupo Vértice está llena de espectaculares líneas diagonales con un hormigón reforzado de vidrio de color blanco que lo convierte casi en una escultura. Totalmente acristalado, el dinamismo manda.

UNA JOYA CLANDESTINA

Perfecto para poner la guinda final al paseo, el interiorismo y la arquitectura se cuelan en Pastrami Club (Álamos, 36), un club oculto tras un bar de bocadillos donde nada en su exterior parece llamar la atención, a priori. Este speakeasy diseñado por Paco Lago conduce directamente a los años 20 del siglo pasado, cuando la Ley Seca hizo que emergieran estos clubes clandestinos. Art déco, un exclusivo juego de luces, espejos y una imponente barra de mármol, marcan, sin duda, el cierre perfecto a esta ruta por una Málaga arquitectónica contemporánea perfecta para descubrir por uno mismo durante todo el año (aunque con mayor lujo de detalles cuando llegue una nueva edición de Open House).

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