Esta historia es una prueba más de que todavía hay gente buena y cariñosa en el mundo. ¡Y el héroe de nuestro artículo conoció a esta persona el primer día de su vida!
Una noche, un tipo llamado Ray Vargas estaba trabajando como siempre. Estaba lloviendo afuera, así que el joven disfrutó de poder trabajar en casa con comodidad y calidez. Pero de repente, Ray se puso a llorar. No pensó mucho y salió corriendo a la calle a ver qué pasaba
Resultó que en el techo del granero, justo bajo la lluvia, yacía un gatito muy pequeño. Estaba absolutamente indefenso, porque aún no había abierto los ojos. Lo más probable es que alguien lanzara el gatito allí, enviándolo a su muerte.
Ray no podía dejar al pequeño e indefenso animal allí, así que lo sacó del techo y lo llevó a su casa. Allí secó la migaja, la calentó y la alimentó con leche con una jeringa. Después de eso, el tipo fue al veterinario para asegurarse de que estaba bien.
