LOS PARQUES NATURALES MÁS BELLOS DEL MUNDO

GIANT FOREST. P.N. SEQUOIA & KINGS CANYON (EE UU)

Las colosales secuoyas de este bosque del Parque Nacional Sequoia & Kings Canyon se elevan 80 metros del suelo, como edificios de 26 pisos. Algunas llevan casi 2.000 años resistiendo incendios, tormentas y talas, y ahora son el objetivo de una increíble red de senderos. El Big Trees Trail, de apenas un kilómetro, conduce hasta la secuoya General Sherman, el ser vivo más grande del planeta.

LAGO MORAINE. PARQUE NACIONAL BANFF (CANADÁ)

La cordillera de las Rocosas exhibe en tierras canadienses los lagos, cañones y bosques más espectaculares. El Parque Nacional Banff, junto a la ciudad de Calgary, reúne los elementos característicos de este paisaje en un área de 6.641 km2. Los lagos Moraine, Louise y Minnewanka, con las montañas reflejándose en su espejo de agua, son los grandes reclamos de esta reserva.

P. N. MU KOH SIMILAN (TAILANDIA).

El mar de Andamán alberga un mundo submarino sorprendente que parece concentrarse en el archipiélago de las Similan. El nombre tailandés significa «nueve islas», pero para ver sus tesoros naturales basta con visitar cuatro: Similan y Ba-ngu, que tienen arrecifes de coral de formas sorprendentes; Huyong, en cuya larga playa desovan las tortugas; y Miang, donde está la oficina del P. N. Mu Koh Similan.

PERITO MORENO. P.N. LOS GLACIARES (ARGENTINA)

El Perito Moreno es el más famoso de los 47 grandes glaciares que alberga este parque argentino, Patrimonio de la Humanidad desde 1981. La zona norte se recorre desde la localidad de El Chaltén y tiene como máximo atractivo el afilado monte Fitz Roy (3.359 m). El sur, donde se halla el Perito Moreno, se visita desde El Calafate. La ruta más asombrosa es el crucero por el lago Argentino.

PARQUE NACIONAL AMBOSELI (KENIA)

La sabana africana muestra en este parque todas sus caras: llanuras, bosquecillos de acacias, áreas rocosas y marismas. Esta diversidad atrae a un gran número de animales, especialmente aves, elefantes, jirafas y leones. Los safaris por esta reserva buscan, además, otro objetivo: fotografiar el Kilimanjaro (5.895 m), el techo de África, elevándose al otro lado de la frontera con Tanzania.

CATARATAS DE IGUAZÚ (BRASIL)

Más altas que las del Niágara y más anchas que las Victoria, las cataratas de Iguazú, cuyo nombre significa «aguas grandes», son un conjunto de 275 saltos. El primer europeo en conocerlas fue el explorador Álvar Núñez Cabeza de Vaca a inicios del siglo xv. Declaradas parque nacional tanto en la orilla argentina como en la brasileña, pueden contemplarse desde una carretera panorámica.

EL TEIDE (TENERIFE. ISLAS CANARIAS)

El volcán canario emerge sobre el mar de nubes que cubre el norte de Tenerife. Rodeado por un paisaje de matorral, rocas y lavas de distinto color según su antigüedad, el Teide (3.718 m) es el protagonista absoluto del parque nacional que lleva su nombre. La ascensión a la cumbre puede realizarse a pie en seis horas o en menos de una hora si se sube en el teleférico hasta los 3.555 m.

P. N. ULURU-KATA TJUTA (AUSTRALIA)

Al atardecer o al amanecer, el monte Uluru se eleva como un espejismo rojo en medio de un paisaje de arbustos, a 450 kilómetros de Alice Springs. La montaña sagrada de los aborígenes es el símbolo del desierto australiano, un territorio de clima extremo y rincones sorprendentes. Las rutas por el parque descubren campos de dunas, desfiladeros y valles llenos de leyendas ancestrales.

P. N. RÍO KRKA (CROACIA)

De los seis parques nacionales croatas, el del río Krka es el que mejor combina valores ecológicos y culturales. El curso nace cerca de la ciudad de Knin, a poca distancia de la costa dálmata, se encauza por un cañón, salta siete cascadas y se remansa en lagos junto a los que hay monasterios, molinos de agua y restos de fortalezas. Una red de senderos y rutas en canoa permiten adentrarse en el parque.

P. N. SAGARMATHA (NEPAL)

El parque del monte Everest (8.848 m) es uno de los mayores mitos viajeros. Patrimonio de la Humanidad por albergar glaciares, 7 picos de más de 7.000 m y valles en los que habita el leopardo de las nieves, esta es la tierra de los sherpas, el pueblo que mejor conoce sus caminos y leyendas. Para maravillarse con la visión de los picos más altos del planeta, nada como realizar una travesía de varios días.

PARQUE SVIZZER (SUIZA)

El primer parque nacional de los Alpes tiene ya más de cien años y sigue siendo uno de los espacios naturales más intactos de Europa. Emplazado en el extremo sudoriental de Suiza, tiene su centro de visitantes en la ciudad de Zernez. Sus 80 kilómetros de senderos recorren bosques, valles y picos donde viven especies protegidas como el lince, el oso y el quebrantahuesos.

PARQUE NACIONAL ETOSHA (NAMIBIA)

La llanura salada de Etosha es, vista desde el espacio, una gran mancha blanca en el norte de Namibia. Sus 4.800 km2 abarcan una de las reservas con más biodiversidad de África. Esta enorme hondonada es el hogar del escaso rinoceronte negro, elefantes, leones, jirafas y 350 especies de aves que alcanzan su mayor concentración durante la época de lluvias, de noviembre a abril.

LAGO ICHKEUL (TÚNEZ)

Los flamencos que nacen en la Camarga francesa sobrevuelan el Mediterráneo para pasar el invierno en el lago Ichkeul, en la punta más septentrional de Túnez. La Unesco incluyó este parque nacional en su lista de patrimonio natural en 1980 por ser una de las pocas lagunas del norte africano que no se secan en todo el año. Se encuentra próximo a la ciudad de Bizerta.

P. N. FIORDLAND (ISLA SUR. NUEVA ZELANDA)

La mayor reserva neozelandesa protege un paisaje de fiordos, glaciares y picos que superan los 2.500 m de altitud. La puerta de entrada a este paraíso de la Isla Sur es la localidad de Te Anau, que ofrece desde cruceros en barco por el lago homónimo hasta trekkings que cruzan bosques donde viven especies únicas, como el takahe, un ave no voladora que se creía extinguida.

CAMAIMA (VENEZUELA)

El Salto Ángel desploma sus aguas desde 1.000 m de altura en la región de los tepuyes, unas mesetas rocosas que emergen en medio de la selva venezolana. Son la mayor sorpresa del Parque Nacional Canaima, Patrimonio de la Humanidad desde 1994. Los exploradores catalanes Joan M. Mundó (1877-1932) y Fèlix Cardona (1903-1982) fueron los primeros en cartografiar la zona.

 

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