UNA VISITA A ROMA EN TRES DÍAS

COLISEO O ANFITEATRO FLAVIO

La inauguración de este gigantesco anfiteatro en el año 80 fue uno de los mayores acontecimientos del Imperio. Sus tres graderías tenían capacidad para 50.000 espectadores.

SANTA MARIA MAGGIORE

La capilla Borghese, en un extremo del crucero, fue añadida en el siglo XVII. Su decoración barroca contrasta con los mosaicos bizantinos del resto de la basílica.

FORO ROMANO

La mítica avenida es como un libro de historia a cielo abierto en el que aún se reconocen los monumentos y edificios más relevantes del Imperio.

PIAZZA SPAGNA

La fuente de la Barcaza, obra de Bernini, y la iglesia de la Trinità dei Monti en lo alto de la escalinata.

PIAZZA NAVONA

El antiguo estadio de Domiciano acogió durante siglos el mercado de la ciudad. Bajo estas líneas, la fuente de Neptuno y, detrás, la de los Cuatro Ríos, ambas de Bernini.

PIAZZA TREVI

Quizá la más popular de la ciudad debido que esta plaza alberga la Fontana di Trevi, de estilo Barroco. La tradición dice que si se arrojan unas monedas a la fuente trae suerte y el visitante se asegura su regreso a Roma.

LA BOCCA DELLA VERITÀ

La legendaria máscara se encuentra en el pórtico de la basílica de Santa María en Cosmedín, a pocos pasos del Circo Massimo.

CASTILLO DE SANT’ANGELO

Erigido como mausoleo del emperador Adriano, se transformó en castillo fortificado y, desde 1925, en un museo que exhibe objetos de distintas épocas.

PUENTE VITTORIO EMANUELE

Con la cúpula de San Pedro al fondo, el puente Vittorio Emanuele se levanta sobre el río Tíber desde que fue inaugurado en el año 1911. Conecta el centro de Roma con la Ciudad del Vaticano y el barrio del Trastevere.

Puesto que uno podría pasar más de una semana de viaje y todavía habría ciertas cosas que descartar, planear un viaje a Roma sabiendo que solo se cuenta con tres días puede parecer imposible. Sin embargo, para captar la esencia de esta gran ciudad hay varias rutas que nos permiten descubrir el carácter romano y a su vez conocer los monumentos y rincones más emblemáticos con una visita breve pero intensa.

Una opción es dedicar un día a cada una de las propuestas siguientes, o bien se puede optar por intercalar las diferentes paradas en una misma jornada de visitas.

Ruta 1. En primer lugar es indispensable no perderse desde los tesoros romanos a las joyas renacentistas y barrocas. Este es un itinerario perfecto para los amantes del arte y la historia, para aquellos que prefieren conocer un lugar a través de su pasado y de las huellas que este dejó en el territorio. Algunos de los monumentos más célebres son la basílica de Santa Maria Maggiore, la iglesia de San Pietro in Vincoli, el Museo Capitolino, el Foro y el Coliseo.

Ruta 2. De siempre se ha dicho, y es cierto, quelas plazas resumen la vida de ayer y de hoy en Roma. La plaza Trevi, del Gesù, de la Rotonda (o del Panteón), Campo de’Fiori, Navona y di Spagna constituyen los mejores ejemplos. Callejar de plaza en plaza es una de las mejores maneras de acercarse al modo de vida romano, detenerse a degustar un expresso italiano, un delicioso helado o un pasta fresca en alguno de los restaurantes que se encuentran en cada esquina. Es ideal completar esta visita con los jardines de Villa Borghese.

Ruta 3.La otra orilla del Tíber reserva múltiples sorpresas: cruzar el río caminando y descubrir qué nos depara la Roma de más allá de los márgenes del Tíber sorprenderá gratamente a muchos de los visitantes. Algunas de sus joyas son Castello de Sant’Angelo, Villa del Vascello, monasterio de San Pietro in Montorio, el Trastevere, iglesia de San Francesco a Ripa. Y para acabar: Bocca della Verità, Via Appia y catacumbas.

 

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